El Real Madrid logró anoche su tercera victoria seguida en la Euroliga. Esto no sería algo notable en las ediciones anteriores, pero sí en esta por la irregular actuación del equipo blanco. Anoche consiguió su noveno triunfo en la competición al vencer fuera de casa (69-80) al equipo alemán del Alba Berlín, último en la tabla que reúne a los 18 mejores equipos del continente.

En la víspera del 125º aniversario del FC Barcelona, el cuadro azulgrana pagó su escasez de ideas a la hora de la verdad y fio sus opciones, sin éxito, a consecutivos despejados forzados en el perímetro. Con todo, el escolta Kevin Punter (27 puntos) y el pívot Jan Vesely (20 y 8 rebotes) fueron sus jugadores más relevantes. El Palau Azulgrana albergaba el clásico más imprevisible de los últimos tiempos, dada la irregularidad que antecedía tanto al Barça, octavo tras dos tropiezos europeos encajando mucho más de cien puntos, como al Madrid, décimo con pleno de derrotas en cinco duelos a domicilio en la Euroliga.

El Barça es el líder de la Euroliga. Solo son seis partidos, es verdad , pero los blaugranas encadenan ya cinco victorias sucesivas en la máxima competición continental y se detallan cada vez más sólidos. Frente Anadolu Efes, en otro deber difícil , no fallaron. Es cierto que todavía tienen algunos problemas defensivos, que todavía falta ajustar ciertos asaltos estáticos, pero el Barça fue superior a su contrincante.

El Real Madrid tuvo dos baches no, dos socavones al final del segundo cuarto y al principio del último periodo de tiempo y así es casi irrealizable ganar en la pista de un rival como el Olympiacos. Fueron dos cuartos de muy poca anotación, de pérdidas, de perder los papeles en defensa… y los locales aprovecharon realizando lo justo esas desconexiones para rutas remontadas. El Madrid cedió de esta forma en la primera salida difícil que afrontaba después de múltiples victorias consecutivas en el hogar. El 43-31 en rebotes fue muy impresionante , con 15 rechaces ofensivos para los de Bartzokas.

Un colapso tan contundente como inexplicable echó por tierras las esperanzas del Real La capital de españa de revalidar el título de Euroliga ganado el año pasado. El Panathinaikos, precisamente superado en la recta inicial del partido, supo ir medrando con el paso de los minutos para ofrecerle la vuelta a la final y llevarse la séptima Euroliga de su historia , la primera desde 2011, con un apabullante triunfo por 80-95. Quince puntos de diferencia que no reflejan lo que fue el partido pero sí el cortocircuito total sufrido por el aparato de Chus Mateo en la segunda mitad.

El R. Madrid ha transformado en rutina lo excepcional. Por octava vez en los últimos diez años, las blancos se hallan entre los 4 mejores equipos de Europa. El actual vencedor de la Euroliga derrotó a Baskonia (98-102) para poner el 3-0 en la serie y no va a fallar a su cita para proteger título en la Final Four de Berlín. Nada debió ver el encuentro con los dos enfrentamientos disputados en Madrid.

El Barça ganó la batalla más agónica y desafiante en El Pireo para imponerse al Olympiacos por 80-82 tras una prórroga. Con esto se adelanta en la serie de cuartos por 1-2 y se ubica a una victoria de la Final Four. Dos tiros libres anotados por Jabari Parker a medio segundo del final del tiempo auxiliar decantaron la balanza en un duelo igualadísimo, con muchas opciones alternativas y que pone a los de Grimau muy cerca de su objetivo.

Sobre la bocina de la prórroga, de la manera más increíble posible, con una pérdida del que hasta ese instante era el héroe y con una canasta agónica de Madar. Debió ser como se quebrase la ráfaga del Real Madrid en EuroLiga, una inercia que no le bastó en la ciudad de Estambul, para éxtasis de un Fenerbahce que creyó en sí cuando parecía la enésima víctima blanca hasta una victoria de esas que cambian inercias.

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