Al Madrid se le escapa la victoria sobre la bocina (100-99) | VIDEO-RESUMEN

Sobre la bocina de la prórroga, de la manera más increíble posible, con una pérdida del que hasta ese instante era el héroe y con una canasta agónica de Madar. Debió ser como se quebrase la ráfaga del Real Madrid en EuroLiga, una inercia que no le bastó en la ciudad de Estambul, para éxtasis de un Fenerbahce que creyó en sí cuando parecía la enésima víctima blanca hasta una victoria de esas que cambian inercias.

No llegó la undécima seguida pese a los 33 puntos de Campazzo, su récord en Europa. A pesar de un principios nuevamente estruendoso del Madrid que parecía encauzar todo o ganar de hasta 14 en el último acto. Pese a un final de partido con la pelota en las manos de Deck, que tropezó inoportunamente y todo se fue al mismo tiempo extra. Allá volvió a tenerlo perdido el Fenerbahçe tras dos acciones de mérito de Poirier (94-98). Mas Hezonja erró su primer tiro libre del curso en EuroLiga y Campazzo cayó en la trampa protectora turca, hurtó Guduric y Madar completó una remontada pasmosa.

Es la segunda derrota de todo el curso para el Madrid, la primera en Europa, tras 24 partidos. Un cómputo que prosigue siendo excepcional, si bien asimismo el desgaste. Lo padeció un Madrid que indudablemente pagó el cansancio en la ciudad de Estambul (un par de días ya antes triunfó en Belgrado frente al Maccabi), que no fue capaz esta vez de cerrar la noche y que murió a raíz de sus fallos tras 45 minutos de muy dura batalla.

Mas nada hacía augurar la primera derrota. Pues, en semejante inercia competitiva, el Madrid amaneció pleno nuevamente, con un primer cuarto en el que Campazzo, sin fallo, había anotado exactamente los mismos puntos que todo el Fenerbahçe (16). Fue otro golpe en la mesa para dejar las cosas claras. Si el martes en Belgrado no le hizo falta apagar el entorno de la desierta Sala Pionir, un par de días después en la ciudad de Estambul sí que acalló por instantes el Ulker Sports Hall.

El Madrid llegó a enviar por 13, excedido un Calathes que hace ya un tiempo que está lejos de ser lo que fue. Con el joven Madar a los mandos, un tipo en las antípodas del heleno (eléctrico, tirador...), el Fenerbahçe carburó de otro modo. Con mucha aspereza -entre parones y polémicas- fue recortando y metiéndose en el partido, con Guduric desde el perímetro y Motley en la pintura haciendo daño. Prácticamente en la ribera de la remontada local (33-35), retornaron Deck y Campazzo para regresar a poner orden ya antes del reposo.

Mas el equipo de Itoudis había descubierto el ritmo adecuado para por lo menos poder plantar cara al Madrid. Sin ningún rastro ya de Calathes -ni del gigante Papagianis- y un elevado nivel de agresividad, el Fenerbahçe se aproximó nuevamente a la vez que Tavares cometía la tercera. Mas, como una pequeña tortura, toda vez que intuía la remontada aparecía otro zarpazo blanco, ahora con Llull tomando la responsabilidad.

Son demasiadas las armas de este Madrid con la confianza por las nubes. El próximo arreón pareció frustrar la opciones de un Fenerbahce que amontonaba 4 derrotas seguida en Europa. Un increíble dos más uno de Musa y un taponazo de Poirier fueron como jab en el mentón de la resistencia turca. Mas prosiguió apretando, ahora sí Calathes de vuelta a la agobiada. Un triple del heleno, otro de Guduric y uno final de Wilbekin que igualó a 87. Falló Deck (esta vez la opción final no fue Llull) y el duelo, ya al rojo, se fue a la prórroga.

Allá apareció nuevamente Campazzo, anotando y conectando con Poirier. Y todo pareció ganado por el Madrid, que, no obstante, se enmarañó en un final inusual. "No pudimos concluir el trabajo", reconoció Chus Mateo, que perdió por vez primera con Itoudis. Su equipo prosigue en lo alto de la EuroLiga.

TiroAlpalo