Joan Peñarroya lamentaba ya antes de irse al vestuario al reposo la carencia de instinto asesino de su equipo para lograr sostener una cómoda renta cara la segunda parte. Pérdidas inocentes, falta de control en el rebote y 3 malos ataques dejaron al Bayern recortar los 7 puntos de ventaja que amasaba el conjunto blaugrana a menos de dos minutos a fin de que acabara el segundo cuarto. Del 39-32 se pasó a un 42-41. Nuevamente las espadas en todo lo alto tras esta pequeña desconexión.
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