Un colapso tan contundente como inexplicable echó por tierras las esperanzas del Real La capital de españa de revalidar el título de Euroliga ganado el año pasado. El Panathinaikos, precisamente superado en la recta inicial del partido, supo ir medrando con el paso de los minutos para ofrecerle la vuelta a la final y llevarse la séptima Euroliga de su historia , la primera desde 2011, con un apabullante triunfo por 80-95. Quince puntos de diferencia que no reflejan lo que fue el partido pero sí el cortocircuito total sufrido por el aparato de Chus Mateo en la segunda mitad.
Un apunte deja comprender la intensidad del apagón vivido por el Real La capital española : el equipo blanco pasó de anotar 41 puntos en los primeros 12 minutos de partido -lo que le llevó a disponer de su máxima renta del partido (41-27)- a anotar tan solo 15 puntos en los 12 minutos siguientes. De tener el partido totalmente controlado pasó a estar por primera vez tras el Panathinaikos, que en ese transcurso anotó 4 puntos mucho más (31) para situarse arriba en el minuto 24 (56-58).
Kostas Sloukas y Mathias Lessort habían mantenido con vida al Panathinaikos en los instantes difíciles de la primera mitad. No obstante , el Real La capital española no encontró asideros fiables cuando se le apagaron las luces ya de manera determinante en el tercer cuarto. Lo intentó Sergio Rodríguez pero sin bastante acierto pero los errores permanentes de Mario Hezonja y la nula puntería general desde el triple (9 fallados en el cuarto tras haber llegado al descanso con 8/16) eran losas bastante pesadas. La fortuna para el Real La capital de españa , que solo anotó 7 puntos en ese tercer cuarto, fue que el Panathinaikos tampoco se encontraba muy fino en ataque (15) y las diferencias dejaban todo abierto para el último periodo.
2 tiros libres de Tavares y una penetración del Chacho dejaron al La capital de españa a un solo punto con más de ocho minutos por jugarse (65-66). Pero el Panathinaikos ahora había ganado seguridad y siempre y en todo momento hallaba a un jugador inspirado para sortear el inconveniente que el Madrid le propusiera en cada instante. Primero fue Jeriant Grant, cuyos puntos despegaron a los griegos (65-73), y después Kostas Sloukas, con dos triples seguidos para contestar a un fogonazo de Hezonja y Llull. Del 71-73 al 71-79.
Aún daría un último arreón el aparato de Chus Mateo para intentar recuperar las riendas del marcador. Un nuevo triple de Llull y un mate en transición de Tavares volvieron a abrir el partido cuando todavía faltaban 4:07 para el final (76-79).
Pero de ahí no pasó el Real La capital de españa , que en todo cuanto quedaba solo sería con la capacidad de anotar un punto más hasta el triple final sobre la bocina de Sergio Rodríguez. Kendrick Nunn firmó 2 canastas de mérito y el La capital de españa tuvo que arriesgar , sin suerte. Sus triples siguieron sin entrar , Campazzo, Poirier y Tavares acabaron eliminados y el Panathinaikos aprovechó la coyuntura para redondear su celebración con un marcador de escándalo poco fiel con lo que se había visto en el Uber Arena de Berlín.
El La capital española , habituado a sacar lo mejor de sí mismo en las considerables citas, no estuvo esta vez a la altura de esa etiqueta. Si hace un año remontó por carácter una final que tenía prácticamente perdida, la sensación es que en este momento era considerablemente más preferido , tras una fase regular impecable (27 victorias, cuatro mucho más que el segundo), un playoff demoledor (3-0 al Baskonia) en el momento en que los otros tres tuvieron que ir al límite (3-2) y toda una declaración de pretenciones en la semifinal contra el Olympiacos, al que bailaron en la primera mitad.
Pero el Panathinaikos tenía una historia más bonita por escribir. Penúltimo de la pasada edición, el equipo verde ha protagonizado el renacer mucho más despiadado de la narración de la Euroliga. Que terminó con Ergin Ataman levantando sus dos puños al cielo.