El fútbol puede dar tantas vueltas que, algo que inicialmente puede parecer maravilloso (empatar fuera de casa), termina resultando un desenlace cruel. Es lo que le ocurrió a la SD Huesca en el Ciutat de València, que no logró pasar del empate en su visita al Levante (1-1). Sumaron los de Antonio Hidalgo, sí. Pero perfectamente podrían haber sido tres puntos si Andrés García no hubiese colado un zurdazo desde fuera del área por toda la escuadra en la última jugada del partido. Soko, en su línea. Puso a su equipo por delante antes del descanso para registrar su quinto gol en seis encuentros.
Más allá del modelo de presión y las habituales largas combinaciones, ambos equipos mantuvieron su conservadurismo inicial, sin arriesgar en campo rival. Ninguno de los 22 protagonistas ocultaba la falta de imaginación. Una vez superado el minuto 20, el joven mediocentro granota Carlos Álvarez partió en dos la falta de creatividad. Recibió un balón de Pablo Martínez, recortó hacia adentro y lanzó bajo al palo corto. Dani Jiménez reaccionó a tiempo y evitó que se abriera el marcador.
Replicó el Huesca, que no quería rendirse y lograba mantener signos de vida cerca de la portería del ex-azulgrana Andrés Fernández. Soko llegó hasta la línea de fondo y lanzó un balón atrás directo a Javi Hernández, que no pudo impactar el esférico correctamente con todo a favor. Los de Hidalgo -de verde y blanco en el Ciutat- aprovecharon su incursión para estirarse hacia el campo rival, complicando las acciones de un cuadro local que no lograba conducir el partido por el camino deseado.
Pero tampoco ocultaron los de Julián Calero su potencial ofensivo. Morales se deshizo de Rubén Pulido con una gran jugada y metió un balón bajo al área pequeña para que Brugué rematara sin oposición. Sin embargo, el atacante inexplicablemente envió el balón por arriba. Minutos después, en las gradas ya se levantaba la gente para ir a por el bocadillo cuando Soko se presentó como un cuchillo en mantequilla caliente para hacer lo que mejor se le ha estado dando en el último mes y medio: marcar.
Mucha culpa tuvo Javi Hernández que, tras recibir un balón de Sielva, ejecutó un pase filtrado a la espalda. Cabello cometió un error grave al intentar cortar la trayectoria del balón y no conseguirlo, lo que dejó a Soko solo ante Andrés Fernández, al que le pasó el balón por debajo de las piernas (0-1). Era el quinto gol del camerunés en seis partidos. Y poco más. Muchos pitos -dirigidos al conjunto local- y camino a los vestuarios.
La presentación del segundo acto estuvo marcada por la avalancha ofensiva del Levante, que tuvo tres oportunidades para igualar el marcador. Primero, a través de un tiro de Brugué que fue desviado levemente por Blasco a córner. En el saque de esquina, Morales remató de volea en el segundo palo sin marca, pero esta vez fue Diego González quien desvió el balón. Por último, Elgezabal cabeceó al lateral de la red en un saque de esquina. El equipo de Antonio Hidalgo ya sabía lo que debía hacer. Igual que en Santander o contra el Tenerife, se encontraban por delante con casi todo el segundo tiempo por jugar, y el ejercicio de resistencia esta vez sería más que necesario. Pampín tuvo una oportunidad con un remate dentro del área que desvió Dani Jiménez, ya consciente de la tarea que le esperaba.
Los verdiblancos intentaron frenar la inercia levantinista con un buen disparo de Sielva desde una falta frontal, pero la barrera tocó el balón y desvió un tiro directo a la portería. Cerca del minuto 90, Espí tuvo la ocasión para lograr el empate. El delantero remató de manera picada un centro desde la banda derecha, pero Dani reaccionó atrapando el balón. Todo parecía destinado al empate y los jugadores de la SD Huesca ya saboreaban una sexta victoria consecutiva inesperada. Sin embargo, en la última jugada ocurrió la destrucción total de lo que se había construido en los anteriores 93 minutos. El balón le cayó al lateral Andrés García quien, desde el balcón izquierdo del área, realizó un zurdazo que limpió las telarañas y envió el esférico al fondo de la portería (1-1). Soberbio. Muy probablemente, una de las pocas maneras de vencer al actual Dani Jiménez.
En el minuto 94 y en el campo de un importante rival finalizó una de las mejores rachas de la SD Huesca en su era reciente. La manera en que se logró el empate -aunque la sensación es de derrota- indica el nivel al que Antonio Hidalgo y su cuerpo técnico han elevado al equipo. Turrones merecidos. La sexta plaza (la primera que da acceso a la promoción de ascenso) y las doce unidades de ventaja respecto al descenso lo corroboran..