Debieron pasar 82 días, 15 oponentes diferentes , para darse con un Leganés al que los de Simeone le pudieron golear en la primera mitad, pero con el que acabaron perdiendo en un partido en el que todo lo que ha podido salir mal, salió mal. Ahora mencionamos , una tarde de ‘aciagas desdichas’ en Butarque, para un Atlético que se marchó sin comprender realmente bien qué había pasado para caer frente a un Leganés al que le remató 16 ocasiones.
Que la tarde pintaba extraña para los del Cholo es algo que se comprobó en a primera mitad, donde ni en diez remates, con tres tiros a los palos, fue con la capacidad de marcar el Atlético de Madrid. Bueno, en ese punto, Simeone pensaría que al menos se estaban provocando ocasiones , y clarísimas.
Julián Álvarez, a la cruceta; Griezmann, al palo; Gallagher, al larguero. Era increíble que el Atlético no se hubiese marchado al vestuario con múltiples tantos de ventaja. Pero no fue así. Y en la reanudación, “es fútbol, papa”, que afirmaría Bordalás, el Leganés se adelantaba en un córner. A partir de ahí, los más de 400 apasionados del Atlético que estaban en la grada todavía confiaban. Si se habían sacado partidos como el del París Saint Germain, el del Sevilla o el del Barça, se podía.
Sin embargo , este Atlético, que fué frecuentemente un equilibrista en esta racha (hubo goleadas, pero asimismo victorias al límite , casi milagrosas ), se tropezó con el palo que le permitía almacenar el equilibrio. Y se cayó a la red. Sin remisión. El Leganés, en cinco días, se cargó al líder de Segunda, el Almería, y al de Primera, el Atlético.
El desenlace de una tarde de desdichas no podía ser otro, que ese Griezmann fallando el penalti que al menos habría dado un punto al Atlético. No habría salvado la racha, pero sí la sensación de que el equipo rojiblanco podía soportar con garantías en la pelea por LaLiga.
Y encima, dos bajas para el próximo partido de LaLiga, el que tendrá que acometer el Atlético de Madrid el próximo fin de semana, ante el Villarreal; a cuenta de las sanciones que tendrán que cumplir Javi Galán y Clément Lenglet.