El Girona logró una aplastante victoria en el derbi en oposición al Espanyol, dando lugar al tercer triunfo consecutivo de los de Míchel en LaLiga. Desde el primer momento del encuentro , Montilivi se convirtió en una fiesta de goles , en especial a lo largo de la primera hora de tiempo, donde dio la sensación que los pericos no aterrizaron, ni tan siquiera , en el feudo de su contrincante.

En el teatro ‘gironí’ se vivió un ambiente distinto, palpándose la rivalidad desde los prolegómenos y, lamentablemente , trasladándose a ciertos puntos del estadio, donde se produjeron ciertos altercados por la tensión y el contexto que el choque vivió a lo largo del primer tiempo.

Los de Míchel enseñaron la mejor versión en lo que va de campaña y, consecuentemente , Bryan Gil aprovechó el primer balón en largo del acercamiento , propiciado por Miovski, para definir con un tiro cruzado hacia la red defendida por Joan Garcia (4’). El tanto del extremo fue solo el temtempié.

Y es que la posesión de los locales rozó el 90 % durante los primeros 25 minutos de partido. Los de Manolo González, con dos marchas menos, no supieron frenar los vendavales del contrincante , lamentando el estreno goleador de Miovski con la flexible ‘blanc-i-vermella’. El ariete macedonio se cambió los papeles con Bryan Gil para mover un balón raso tras un rebote a Cabrera (16’) y, cinco minutos después , el centro fue servido por Miguel desde exactamente la misma zona para terminar con un nuevo remate de entre los hombres más contentos de la tarde (21’).

Ahí empezó a levantarse la tensión. Algunos aficionados del Espanyol comenzaron a cantar "directiva dimisión" y "players mercenarios ", dejando un ámbito de lo más distinto entre los dos lados. Para colmo, llegó el cuarto, obra de Krejci, que entró solo en el segundo palo tras un saque de esquina y dejando en muy mal rincón a la defensa de los pericos, quienes tuvieron una cita para olvidar (28’).

Comenzó de esta manera la ola en Montilivi, a la media hora de partido, simultáneamente a cantos de "A segunda, oé", que provocó el enfado de los llenes visitantes y se vivieron momentos de tensión, aun con intervenciones policiales. De ahí hasta el ecuador, los blanquiazules tomaron algo mucho más de control y llegaron algo más con los locales, aunque sin ver portería.

El segundo tiempo, considerablemente más calmado con lo que mostraba el electrónico, volvió a iniciar con alguna acción de riesgo para el Girona, pero el nivel de amenaza fue distinto. A los locales les costó agrupar líneas durante ciertos minutos, algo que no dejó de corregir Míchel a voces. Hasta entonces , el Espanyol mostró muestras de eficiencia en el único tiro con riesgo efectuado por Javi Puado. El capitán lanzó desde la de adelante un gran zapatazo cruzado para poner el tanto del orgullo perico (55’).

Alén de los goles , los locales festejaron los regresos de Tsygankov, Danjuma y también Iván Martín desde el banquillo, a la par que Manolo González agitó el árbol completamente para prestar alternativas y algo mucho más de oxígeno. En ningún caso, lo que restó de partido se pareció a eso que se vio a lo largo de los primeros 45 minutos.

Con la posesión más repartida sobre el verde y con el reloj de arena consumiendo el tiempo, parte importante de la afición espanyolista abandonó la grada de Montilivi en símbolo de protesta por la actuación que contemplaron. La afición local, con una cara totalmente distinta , no dejó de disfrutar y corear cada pase de dominio gerundense.

Sin considerablemente más a poner énfasis y consumidos los dos minutos de añadido, el Girona venció cómodamente en un derbi de un solo dueño para ponerse de lleno en puestos europeos , quintos en Europa League de manera provisional con 21 puntos. El Espanyol, con diez puntos, se queda en los puestos de descenso.