Como la equipación que utilizaron en Balaídos: gris. De esta forma fue la victoria del Real Madrid en Vigo frente al Celta (2-1)que permite a los de Ancelotti proseguir el ritmo del Barcelona pero no recobrar experiencias en el juego, que sigue siendo espeso y sin ideas.
Un gol de Mbappé, quizás el más destacable de su tiempo en España y otro de Vinicius tras una genialidad de Modric, sirvieron a los blancos para ganar a un Celta, sin el sancionado Aspas, que mereció por lo menos el empate tras un tramo final muy meritorio.
En el Real Madrid era el primer partido DC. (Después de Carvajal) y se apreció. En lo que se ve, porque el equipo jugó con tres centrales y 2 carrileros, y en lo que no se ve pues faltaba ese liderazgo que ejerce el canterano y que en Vigo no heredó nadie de forma única. Quizás por eso , los primeros avisos claros en el partido fueron del Celta que, merced a los desajustes, ha podido plantarse enfrente de Courtois para marcar el primer gol. Pero es que lo simple era aquello, lo difícil era sobrepasar al belga que volvió a hacerse enorme y ganó el mano a mano a Swedberg.
Y como ahora se sabe , si excusas al Madrid, lo pagas. Y en un error en salida de balón de Fran Beltrán, le cayó la pelota a Mbappé y este se perfiló y apretó el gatillo con gran velocidad para realizar el 0-1. La puso en la escuadra. Era el minuto 20 de partido. Lo siguiente fue un gol anulado a Borja Iglesias por fuera de juego que, más allá de todo, era el único que desprendía olor a peligro en el cuadro celeste.
El gol, sin duda , dio más calma al grupo de Ancelotti pero no mucho más empaque. Los blancos, ayer de gris, no daban esa sensación sobre el césped de fortaleza atrás si bien sí arriba, como siempre , y próximo estuvieron en un par de oportunidades de ampliar su virtud antes del reposo.
Ahora en la segunda parte, el guion del partido siguió aproximadamente exactamente el mismo cauce y el Celta, que sabía de qué manera jugarle al Real Madrid tanto con como sin balón, logró el empate en el 51’. La jugada, cocinada por la banda derecha, tuvo un centro de Mingueza, el asistente más especial , y un remate de Swedberg que, en esta ocasión sí, supo cómo batir a Courtois.
Acababa de iniciar la segunda mitad pero fue tal y como si el partido volviese empezar. Aún así , por unos minutos la sensación del Real Madrid fue la de tener temor en el cuerpo y escasas ideas en los pies. Comenzó a ver fantasmas vestidos de celeste adelantando la noche de Halloween y tiró de orgullo para espantarlos. Primero con un gol de Vinicius anulado por fuera de juego y después con los cambios de Ancelotti (Modric y Rodrygo) que avivaron el fuego madridista. Tanto conque el croata, inagotable jugador, le puso un pase de gol a Vinicius para que , esta vez sí, hiciese el 1-2 y volviera a ofrecer tranquilidad a los blancos.
Con el marcador nuevamente en favor del Real, Giraldez trató de jugar sus cartas con los cambios. Y con eso y el apoyo de Balaídos, logró tener oportunidades claras para conseguir el empate. Fue entonces cuando emergió más aún la figura de Courtois deteniendo contra su pecho todo objeto redondo que pasaba por su portería y dando permiso la victoria de un Real Madrid que suma pero no le da.