Lo que ocurrió en el Santiago Bernabéu fue extraño: se pasó del relax absoluto, de los cambios para dar descanso y de que Ancelotti hiciera caso al público y sacase a Vallejo, al miedo inesperado y agobiante de que los tres puntos se escapasen. Como película no tuvo precio, aunque a los madridistas les agradase poco.
El Sevilla logra una victoria necesaria en el Pizjuán y se reconcilia con su afición, al menos , de momento. Partido abierto y que se pudo decantar para alguno de los dos lados. Probó personalidad el cuadro de García Pimienta y pudo amarrar los tres puntos. Vida extra para el técnico y tranquilidad en Nervión.
El Valencia se durmió en su lucha por la salvación y eso en Mestalla delante de cuarenta mil aficionados es un delito. El equipo desperdició la inercia de la victoria contra el Girona y se dejó 2 puntos de oro contra Osasuna. La reacción se quedó a medias. Los de Rubén Baraja decepcionaron en el hogar sin señales de intensidad ni fútbol. Faltó calidad y precisión para la desesperación de la grada. Solo los chispazos de André Almeida produjeron riesgo. Ocasión perdida: 5 de 21 puntos. La temporada se va a hacer larguísima.
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